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viernes, 25 de marzo de 2011

LUCHAS POPULARES DENTRO DE LA REVOLUCIÓN.


Estamos en Revolución. ¿Está el mandado hecho? ¡Nada que ver! Que nadie se llame a engaño: ahora es que hay contradicciones en nuestra sociedad, por lo que de hecho ahora es que hace falta profundizar la Revolución. El sistema que combatimos sigue vivo no solo en las empresas, sino en el Estado. Estado contradictorio, como corresponde en un proceso revolucionario, en tensión con las fuerzas que desde adentro y desde afuera pugnan por que todo se mantenga como siempre ha estado. El sistema también se mantiene vivo en el proceder de los organismos que se mantienen vigentes y, mas importante aún, en la conciencia y el proceder de la mayoría de la población e incluso de los mismos funcionarios de la Revolución. Y esa contradicción ocurre así porque ni los organismos del Estado ni la gente vienen caídos del cielo. Las instituciones y la gente que hace vida en ellas tiene (tenemos) una formación en una sociedad de clases, injusta. Tenemos que ser concientes de eso para poder percibir cuándo entramos en contradicción nosotros mismos, entre nuestra actuación y nuestras ideas.
En ese marco debemos analizar cuál debe ser nuestra actuación ante las luchas sociales que se dan en este momento. Hay quienes le dan un contenido social a un combate político con el fin de acabar con el proyecto bolivariano. Es el caso, por ejemplo, de las recientes huelgas “de hambre” de los grupos políticos de la derecha universitaria, con consignas ajenas al sector y con amplia cobertura de medios de comunicación nacional e internacionalmente. Casos como esos deben ser combatidos desafiándolos al debate abierto, cosa que, ante su escasez de argumentos, suelen rehuir. Como problema político debe tener una adecuada respuesta política. Pero hay casos de luchas por reivindicaciones concretas de sectores sociales, pobladores, trabajadores del sector privado y público, estudiantes, productores agrícolas, etc., Ante esto lo correcto, lo revolucionario, tal como lo ha dicho el mismo comandante Chávez, y como lo dicta el mínimo sentido común, debe ser atender dichas exigencias. Atenderlas implica hacer justicia ante lo que sea justo, así como dar la cara cuando por alguna razón no se pueda satisfacer lo que exija la gente. Nunca evadir la responsabilidad.
No se debe caer en el error de creer que en revolución la gente no deba protestar para reclamar sus derechos. Hay quien ve en éstas actuaciones una especie de traición contrarrevolucionaria, lo cual no  es correcto. Si la gente no puede mejorar sus condiciones materiales de vida ¿cómo va a apoyar a la Revolución? Pareciera que quienes piensan de ese modo no se dan cuenta de que es justamente a partir de la lucha por mejorar las condiciones materiales de vida es que se va organizando y educando el pueblo hasta llegar a luchar por la Revolución. ¿No fue ese nuestro caso? ¿No explotó el pueblo contra el aumento del pasaje y la pérdida del nivel de vida el 27 de Febrero de 1989? ¿No evolucionó de ese entonces la lucha hasta llegar a lo que tenemos hoy en día, con sus avances y fallas? Quienes buscan impedir estas luchas, algunos por incomprensión, otros por intereses, no ven que lo que pueden generar es la desmovilización y hasta el alejamiento de sectores del pueblo de la revolución. Como llama el Presidente, el pueblo no solo tiene el derecho, sino que debe impulsar luchas por el buen vivir. Eso sí: dentro del marco de la Revolución que es la que nos garantiza cada vez mas la mejoría de nuestra vida, trascendiendo del marco solo reivindicativo. Nunca perder de vista que dentro del proceso revolucionario toda lucha debe generar mayores niveles de conciencia y organización revolucionaria.

 José Arnaldo Ayala Parés   14 de Marzo de 2011
 

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